Ocurrió en invierno II

Y si hablo de un rojo como la nieve blanca no penséis en un cadáver ensangrentado y tumbado boca abajo en un campo nevado. Más bien habría que evocar el rojo como color optimista que abriga al frío de las montañas blancas, en forma de manta. Una manta roja, o un objeto decorativo propio de la Navidad, o unas uñas pintadas de rojo. Una mujer con un jersey de cuello alto negro y las uñas pintadas de rojo, algo que gustó mucho a Lola la primera vez que vio a su madre, meditando entre la nieve blanca. Los colores a veces engañan, yo he soñado de nuevo con el color rojo, aunque me dormí abrazada a un edredón color azul Francia.

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Acerca de cristina g. montero

Escritora y periodista con ganas de contar pequeñas historias. ¿Mi excusa narrativa? Los sueños que tengo, auténticos cuentos para divertir, hacer pensar, entretener. Ver todas las entradas de cristina g. montero

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