De arañas y hombres

araña

Mis tres hijos ocupan distintas partes de mis sentidos y mi cuerpo. Lola es mi cabeza, mis pensamientos. Ella es la que me hace pensar, y pienso si está triste, o contenta, o lo que hablamos lo pienso, y pienso y mi cabeza se despierta con ella y se acuesta con ella. Martina es mi corazón, ella se encarga de su funcionamiento, como un reloj, lo mueve, lo hace palpitar, le hace cosquillas con su risa, su buen humor, sus besos apretados. Javier ocupa mi tiempo, mi piel, es un bebé que me necesita para todo y yo le toco, y él me coge, y llora y ríe y se me ha pegado al cuerpo, y me encanta.

Sueño mucho con ellos, esta noche casi pierdo mi cabeza, y el corazón se me ha parado, y una capa de piel ha desaparecido y mi cuerpo ardía de dolor. Porque una araña gigante se los ha llevado y los ha separado y los ha enredado en su tela de araña. Sin cabeza no se puede pensar en cómo recuperarlos, sin piel no puedo dar un paso, y el corazón se mueve cada vez más lento. Pero me quedaban las manos, las que contienen las palabras con las que escribo, y he cambiado el sueño, y me he convertido en araña, y he tejido una gran tela de araña, y he capturado insectos para mis crías, para mi cabeza, mi corazón y todo mi tiempo.

Acerca de cristina g. montero

Escritora y periodista con ganas de contar pequeñas historias. ¿Mi excusa narrativa? Los sueños que tengo, auténticos cuentos para divertir, hacer pensar, entretener. Ver todas las entradas de cristina g. montero

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