No sé por qué tengo la costumbre de escribir Año Nuevo con mayúsculas. «¡Feliz Año Nuevo!», escribo a mis amigos por whatsapp. Será porque lo considero un momento importante digno de ser tomado como «mayuscular» (me encanta inventarme palabras). A lo mejor por aquello de estrenar libreta nueva, con las hojas limpitas, sin tachones.
Pero ay de los propósitos. Es tentador hacer propósitos en año nuevo (se acabaron las mayúsculas), pero yo este año no he hecho ninguno. Cuando alguien de mi entorno comenta: «No me voy a fumar ningún cigarro este año», «me voy a centrar en el día a día» o «voy a ser más proactivo», yo me callo y me río por dentro, y de paso pienso: «´Ojú´, con la proactividad de las narices». Porque yo he llegado a las conclusiones pertinentes sobre lo que quiero cambiar en mi vida, sobre lo que quiero quitar, lo que quiero reafirmar, sobre lo que soy, hace ya varios meses, varios años en realidad.
Pero es verdad que no he sido tan consciente de ello como ahora, en año nuevo. Para ser justos fue en diciembre, después de una conversación con alguien que me conoce muy bien. Me dijo: «Todo el mundo creyendo que estabas loca y al final tenías razón». Y luego me comparó con el personaje de Claire Danes al principio de «Homeland» por lo mismo, lo cual no me hizo tanta gracia porque ese personaje lo veo un poco histriónico, la verdad (podéis reíros).
Y he aquí que este texto no es una mirada al ombligo, sino que quiero compartir estas reflexiones con vosotros por si os sentís identificados o las queréis aplicar. Probad a tened como propósito de año nuevo no tener ningún propósito de año nuevo.
Yo por mi parte voy a seguir siendo feminista (y subiendo). También estoy intentando que se me escuche más, sin dudas ni inseguridades; así parezco un poco más antipática, pero qué más da (ser antipática me cuesta un poquito más, aunque en mi casa regañando lo bordo). Soy madre, pero también periodista y no sólo por el título, soy periodista desde que tengo uso de razón. No renuncio. Y me visto con colores cada vez más vivos, desde hace tiempo. Y cada año lo intento, invento y me reinvento. Y lo que no me gusta no me gusta, y no me esfuerzo porque me guste nunca más, que ya tenemos una edad. Y lloro, lloro sin complejos desde hace muchos años nuevos. Y soy muy fuerte, de eso soy consciente desde hace menos. «Todo el mundo creyendo que estabas loca y al final tenías razón».
Sigo soñando.
2/01/19 at 20:33
[…] año pasado escribí un artículo llamado “Propósito de Año Nuevo” nada más comenzar enero. Y no es la primera vez que lo hago, también escribí otro […]