Querida Lola, nuestra cuerda está llena de nudos, aristas y parece despedazada. Tiene su encanto, no obstante, se parece a esas pulseras de cuero que tanto me gustan, gastadas por el sol y blanqueadas por el agua del mar al final de verano.
Como no me escuchas desde tan lejos, te mando un salvoconducto en forma de palabras escritas, por si las lees en un algún momento. A lo mejor no consigo expresar bien lo que quiero, perdóname, es que estoy intentando averiguar qué tipo de cuerda necesita tu hermana, que ya se va alejando también a pasos agigantados.
Quería decirte que ojalá tengas la suerte que yo tengo, de poder llegar a cumplir años siendo capaz de haber cambiado mis esquemas mentales varias veces. Que la vida te proporcione el tiempo suficiente para desarrollar unos valores, afianzarlos, arraigarlos y poder cortarlos de raíz sin remordimientos.
Porque ahí está la clave, ojalá la vida os proporcione la capacidad de vivir sin remordimientos. Que os dé tiempo a cultivar todas vuestras inquietudes, el hambre que tenéis de preguntas, y podáis adquirir la seguridad suficiente para ponerlas todas patas arriba.
Querida Lola, ojalá, aunque yo no lo vea, consigas la paz interior que produce no malgastar energía en las respuestas, si no que te quedes sin complejos moldeando tus preguntas. Sólo así conectarás con el presente, aunque entiendo que ahora vivas obsesionada por el futuro.
Y te digo, eres guerrera, tienes herramientas de lucha. Las tienes ya, te las has ganado a pulso. Y te digo, yo también me he ganado a pulso el vivir sin remordimientos, sin justificarme, sin daros explicaciones. Ya os las he dado todas. Yo no sólo soy madre, soy mujer, hermana, amante. Soy escritora, creadora. Espero que la vida te proporcione el tiempo suficiente para gritar tu nombre.
«Ay guerrera, yo te llevaré en el alma la vida entera».
3/02/23 at 16:37
[…] que ahora nos separa; como cuando escucho Yes I’m Changing (Time Impala). Lola en estado […]