
Anoche viajé soñando al fin del mundo recreado por Murakami. Es que tengo querencia yo por ese mundo que vive permanentemente en el invierno. Tengo necesidad de escapar a ese mundo callado, porque la nieve amortigua todo el ruido. Y hay tanto ruido…
Pero el silencio también es peligroso, y mata el silencio a los unicornios de pelaje dorado. He soñado que deambulaba por la ciudad amurallada y nevada a la que Haruki Murakami otorga el título de “fin del mundo”. Y todo estaba en silencio, y yo ya no andaba, sobrevolaba la plaza de las sombras, y el parque del este, y la ciénaga, y la torre del reloj, y me quedé en la biblioteca.
Sueños relacionados:
– Volaba.
– Ocurrió en invierno.
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