Que todo sea eso

Que tu ginecólogo sea de repente tu dentista y decidas ir a verlo para que te quite una muela. Que su consulta esté en un edificio laberíntico y que pases varias horas en diferentes salas de espera, quedándote dormida,  por cierto.

Que llegues, que te atienda por fin y que de repente caigamos en la cuenta de que estamos en estado de alarma. Mejor nos vamos a casa, ¿no?

He estado toda la noche intentando salir de la consulta. Ascensor para arriba, ascensor para abajo; que si se bloquea la puerta, que no es la planta, que me bajo por las escaleras con dolor de muelas.

 

Tercer embarazo II

Hola, pese a que todavía quedan unos meses para que nos conozcamos, te empiezo a notar. Y con esto no me refiero sólo a esas burbujas que explotan dentro de mi barriga y que son tus manos y tus pies haciéndose un hueco. Empiezo a notar tu presencia en nuestras vidas. Sé que pueden ocurrir muchas cosas de aquí a que nazcas, que no todo siempre va bien, pero tú ya eres el hermano de las niñas, y vas adquiriendo la personalidad que fantaseamos vas a tener, sólo por lo que hemos visto en las ecografías.

Nos gusta decir que eres un niño tranquilo, cuando en realidad te mueves poco porque tengo la tensión muy baja y debería tomarme una Coca-Cola antes de cada encuentro con el ginecólogo. También que no te gusta que «te hagan fotos», porque siempre tienes las manos tapándote la cara, y que serás de nariz respingona, que viene a traducirse en la tranquilidad de saber que el huesecito de la nariz está bien formado. Ni te cuento las inevitables bromas sobre lo claro que está que eres un niño.

En definitiva, que no tenemos ni idea de como serás, pero que ya eres el protagonista de nuestra nueva vida.

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– Categoría TERCER EMBARAZO.