He intentado hacer muchas cosas esta noche. Pero me he visto interrumpida en cada acción. Hasta una entrevista de trabajo he tenido que dejar a medias porque mi marido y mi hermano pequeño han entrado en la sala donde estaba para comentarme: «Tu padre nos ha reunido para darnos una mala noticia». Un buen susto.
Hasta un portal de un pequeño edificio que me disponía a restaurar, no me preguntéis por qué, han llegado mi marido y mi hermano para decirme: «Tu padre nos ha reunido para darnos una mala noticia». Vaya susto.
También he accedido a una playa de difícil acceso y, al meterme en el agua, mi marido y mi hermano han llegado en una lancha y me han llevado a escuchar la noticia que nos quiere dar mi padre. Un viaje en lancha con el susto en el cuerpo.
Tampoco he podido comprar ropa tranquila porque al pagar, dos personas que yo me sé me han sacado de la cola hacia la zona de cobro con un gran susto.
La noticia: «Me he doblado el tobillo». Ropa a medio comprar, baño interrumpido, portal a medio restaurar y una entrevista de trabajo, del que me puedo despedir por una torcedura de tobillo. Muy bien, el susto se lo va a llevar mi padre hoy cuando lo llame por teléfono.