Ocho meses, o treinta y cinco semanas de embarazo, y yo sin hacerme a la idea de que dentro de días voy a ser madre de nuevo. Y muy de nuevo porque eso de tener un hijo en vez de una hija me sigue sonando raro. Estoy tan acostumbrada a tus dos hermanas que no me imagino los sentimientos que despertarás en mí, la relación que vamos a tener, si es verdad que el sexo del bebé marca carácter desde tan pronto como me cuentan.
Pensando en eso me he despertado hoy con una avalancha de mensajes en Twitter recordando que hoy es el Día del Libro; preguntas sobre cuál es nuestro libro de cabecera, el que nos marcó, y el primero que leímos o los personajes con los que más nos hemos identificado. He recordado que los personajes que más me han conmovido, mis preferidos, han sido siempre niños, en masculino: Huckleberry Finn, Kafka Tamura, Holden Caulfield… Me han provocado siempre un sentimiento de protección, algo que no me ocurre con otros personajes femeninos por ejemplo. Siempre me he preguntado el porqué, si soy mujer y además tengo hijas.
Y ahora lo voy a comprobar, si me ocurrirá contigo lo mismo que con ellos, si te veré como ese proyecto de hombre frágil y fuerte a la vez. Espero que no lleves sus vidas, tan dramáticas, literarias al fin y al cabo. Pero al acordarme de ellos te visualizo como a ese niño espigado, que arrastra los pies al andar, sumido en sus pensamientos. Y sí que tengo ganas de abrazarte, de diferente manera. A tus hermanas les beso y huelo la cabeza cuando las abrazo, a ti quizás te acaricie y aprieta los hombros, como haría con Tamura.
Sueños relacionados: