Parece mentira pero así es, y cuando alguien se entera de que estoy esperando mi tercer hijo me pregunta: «¿Buscado o sorpresa?». Porque parece que el tercero no viene en el pack, que es una imprudencia o un acto de valentía, según se mire.
Sí, estoy embarazada del tercero, y tengo que decir que la mayoría de amigas y amigos que se han enterado me dicen que soy muy valiente. Y eso me ha gustado mucho, aunque la pregunta de «buscado o no» es inevitable. La verdad es que, pese a ser «buscado», no me imaginaba ya, con una niña de nueve años y otra de cinco, que iba a experimentar un embarazo de nuevo. Y sí, os comento que me he emocionado con la primera ecografía, y que te vuelves a sorprender con el milagro de la vida, pero la verdad, lo que experimento sobre todo es una fatiga constante. Naúseas, saliva, olores reconcentrados… Un asco.
Lloré cuando se lo comuniqué a mis hijas, y al momento corrí al baño a vomitar. Y es precioso, indescriptible, sentir cómo Lola y Martina pegan su oído a la barriga o me la acarician. Pero me las tengo que quitar de encima enseguida para ir corriendo al baño a vomitar.
Escuchar el corazón de tu futuro bebé en una ecografía de nada más que ocho semanas es impresionante, pero más impresionada me quedé con la lista de «remedios» que me dió el ginecólogo antes de entregarme la preciada ecografía: Paracetamol, Cariban para las naúseas, fibra, Almax, Aero-red…
Las naúseas pasarán, y comenzaré a disfrutar de este embarazo, que me hace tantísima ilusión, porque quiero sumar, quiero agrandar mi corazón, aunque lo que va aumentando es la barriga, y el culo, no sé porqué. Las naúseas pasarán, y comenzaré a disfrutar de este embarazo que, como LOLA Y EL DRAGÓN o Cuentos «disparate», es un proyecto basado en la más sensata de mis locuras.
¿El padre? Encantado, por supuesto.
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