Te has convertido de nuevo en serpiente y te has escapado de mi cerebro. No sé por qué eres tan desobediente. ¿Dónde has estado esta noche? ¿Por dónde has trepado? Seguro que te has colado entre los libros que tanto te gustan.
Las serpientes sois silenciosas y escurridizas. Vuelve de entre las páginas de mis libros y entra en mi mente, que no puedo dormir.