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Calma

Hoy mi calma ha llegado en forma de camiseta blanca.

Mi marido, que padece insomnio, me pregunta últimamente cómo es mi proceso de sueño. Porque yo duermo taaan bien. ¿No te desvelas? ¿No tienes conversaciones en bucle? Pocas veces, porque mi serpiente va en busca de la calma allá donde sueñe. Y pese a tener pesadillas o presenciar asesinatos, la sangre que aparece en mis sueños es densa, es calma.

Y hoy he sido muy consciente de esa paz. Hoy me encontraba entre un grupo de personas algo nerviosa hasta que ha aparecido alguien con una camiseta blanca. Me ha cogido la mano, me he acomodado en su pecho y me he relajado como si estuviera apoyada en una almohada. Entonces me ha dicho una frase preciosa sobre el amor; tenía que ver con el vértigo que produce confiar en alguien ciegamente, pero no consigo acordarme de las palabras exactas. El resto de la noche he estado intentando recordar. Nada. Por lo menos me queda el recuerdo de la calma.

Los viernes suelo trabajar escuchando música. Cuando he descubierto esta canción me ha parecido que podría haber sonado en mi sueño de hoy. Siempre hay una canción para explicar algo.


Azul y verde (reconciliada con el verano)

Inspiro en verde y exhalo en azul. Y los sueños de este verano son más calmados. Alguna vez que otra he tenido que trasladarme al pasado, una noche asistí a un funeral con un tenista muy conocido, y le he hecho el boca a boca a un señor al que le ha atropellado un autobús.

Esos sueños los he tenido después de alguna cena copiosa, imagino.

Pero por lo general he soñado con enredaderas muy verdes y mar transparente y azul. Porque es lo que he vivido, suerte la mía. Paz y tranquilidad.

Pese a trabajar todo el verano, paz y tranquilidad. Pese a la adolescencia y preadolescencia (y mis reacciones), paz y tranquilidad. Pese a los desencuentros, paz y tranquilidad. Pese al covid, o por eso mismo, casa, playa, familia, paz y tranquilidad. Y vino, cerveza y estrellas; ni una fugaz, muchos satélites.

Porque estoy aprendiendo a que el verde sea el color de mis tatuajes ficticios y el azul cree una envoltura de desapego para que nada me afecte. Y así voy recuperando esa capa de piel que perdí algún día por el camino.

La banda sonora la ha puesto Lafourcade. Que tendrá México que me llama desde la distancia. Quizás cuando viaje allí algún día me haré mi primer tatuaje.


Quiéreme como a mí me gusta

Esta noche me he colado en una fiesta. Estabas tú, y estaba la música.


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