Archivo de la etiqueta: Soñando

El cuarto hermano

nino_espaldas

Tengo tres hijos, aunque a lo mejor eso no es verdad.

Esta noche antes de acostarme he sentido miedo porque alguien ha intentado abrir la puerta de mi dormitorio. Cuando he acudido a las habitaciones de mis hijos los he visto a los tres completamente dormidos. ¿Quién habrá sido entonces? Me he vuelto a acostar pensando que el ruido de la puerta podría haber sido fruto de mi imaginación; entonces he escuchado al bebé, que segundos antes dormía, reírse a carcajadas. Estaría soñando, o quizás no.

Antes de conciliar el sueño, he pensado que algún ángel le ha hecho reír. De manera semiinconsciente me he acordado de un niño que no llegó a nacer, pero que fue mío, a quién recuerdo en noviembre porque era la fecha prevista de su nacimiento, sólo unos meses antes que mi hija Martina; qué cosas, no habría nacido ella si hubiera nacido él.

He soñado que ese niño se ha acercado al cuarto del bebé y le ha hecho reír. Luego se ha acostado junto a él y yo lo he despertado. Me ha contado que ha hecho un viaje largo para que yo lo recuerde. Es un niño de casi ocho años, tiene los ojos grandes. Lo he metido conmigo en mi cama, le he acariciado las alas, un poco entumecidas por el largo viaje. Y le he acariciado el cuello, tiene un lunar justo donde empieza la columna vertebral. Me ha explicado que vendrá pocas veces; a los ángeles no les está permitido viajar, pero él se ha escapado y lo volverá a intentar.


Poeta

Esta noche he soñado con él pero no podía llamarle por su nombre. A oscuras intentaba subir una escalera y tropezaba; ha aparecido de la nada para darme la mano y ayudarme a subir. Quizás he soñado con él porque a veces, ordenando mis libros, encuentro su poesía, se cuelan entre mis libros sus libros.

No podía llamarle por su nombre; cuando hemos subido la escalera seguíamos a oscuras, y yo me dirigía a él con otros nombres, le he llamado Mario Luzi, y también Gil-Albert, y le he llamado Eliseo, y Rafael. Y sí, hemos vuelto a ver fotografías, a oscuras, «esa trampa que incita a la memoria», y le he llamado Insomnio, y le he llamado Ángel Desconocido, Hijo Póstumo, y le he llamado Luis.

No escribo poesía porque creo que los poetas son pacientes, mi prosa es impaciente, no sé danzar.

Sueños relacionados:

Soñando.


Soñando II

¿Se me permite soñar? Para despertar mis manos dormidas por el frío. Necesito soñar y escribir y teclear para que los dedos dejen de estar entumecidos. Y generar la energía suficiente para que mi cuerpo entero despierte. ¿Qué haría yo sin vosotras, palabras? Qué haría yo.

¿Qué haría yo sin la palabra sombra para alejarla de mi lado? ¿Y si no existiera la palabra miedo? No podría maldecirla. Literatura, siempre me emocionas cuando te leo.  Y me ruborizas, placer.

¿Qué haría yo sin las palabras? Me quedaría muda. Pero el silencio también lo necesito, y evocarlo, y escribirlo: silencio.

Sueños relacionados:

Soñando.


Soñando

Que es lo que uno está haciendo cuando escribe palabras. Una, yo, que soñando voy uniendo la s con la o, la ñ, a, n, y buscando el gerundio termina en do. Y quiere escribir la palabra poesía pero a veces siente pudor, porque P-O-E-S-Í-A es mucho más que poesía y tiene miedo a utilizar mal la palabra, a sacarla fuera de contexto, a saturar al lector con la palabra poesía.

Pero es que siento que, no poemas ni versos, sino pura poesía entra primero por mis dedos que teclean en el ordenador, y va avanzando por brazos, hombros, espalda, vientre… a veces siento un escalofrío.

Y, mientras escribo, visualizo mi cuerpo dividiéndose en perfectos fractales, siendo mi conciencia la directora de orquesta, que los organiza para darles armonía, la a con la r, m, o, n, í, a.

Soñando mis pulmones respiran en armonía, la poesía fluye por mi cuerpo; escribo para homenajear a todas las palabras.


A %d blogueros les gusta esto: