Tantos detalles

Me ocurre cuando sueño que los detalles más concretos me mantienen afianzada en la escena. Porque cuando sueño, aunque forme parte de lo que ocurre, siempre noto la perspectiva de estar observando. Y es mi subconsciente el que se mueve por allí mostrándome esos detalles que aparentemente no son relevantes para la historia.

Como un atrezo necesario. Un descampado por el que paseaba en uno de mis sueños se convirtió en una feria descomunal y recuerdo perfectamente las luces, que eran de color violeta de uno de los puestos, las tazas de porcelana y la carpa que había encima de mi cabeza, porque la tela estaba un poco ajada. Y yo me pregunto qué importa si la tela está ajada teniendo en cuenta que el sueño iba por otros derroteros.

El atrezo de mis sueños es siempre impecable. Otro día, cuando me entrevisté con el Papa, al escritorio que se encontraba detrás nuestra no le faltaba nada; recuerdo unos sobres verdes y un marco con una foto de una pareja en blanco y negro. Nada que ver con el sueño, que lo que tenía que absurdo es que estuviera con el Papa y lo dejara plantado para trabajar con James Franco.

Y así ha sido siempre, los escenarios de mis sueños, por muy surrealistas que sean, están perfectamente «creados», «pintados». Hace poco que soy consciente de ello y creo que eso me hace sentirme casi siempre muy segura dentro de ellos. La serpiente sabe lo que hace.

Acerca de cristina g. montero

Escritora y periodista con ganas de contar pequeñas historias. ¿Mi excusa narrativa? Los sueños que tengo, auténticos cuentos para divertir, hacer pensar, entretener. Ver todas las entradas de cristina g. montero

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